miércoles, 3 de junio de 2015

NOTA 1

Tengo diez minutos para dejar este mensaje antes de que el ácido acabe con el sistema neuronal y provoque un colapso nervioso multiorgánico dentro de mí; las calles de Tokio se han inundado de parafernalia política, la Constitución pacifica fue borrada con el codo de nacionales conservadores y la gente bien poco tiene que hacer. El mundo está en caos, nadie predijo nada, ni la religión católica, mormona o musulmana, simplemente todo hizo explosión dejando a varios aniquilados en el camino.
Estoy en mitad de un subterráneo en la ciudad, mientras se oyen ratas chillar y gritos en la superficie, mis oídos sangran por la prontitud y velocidad de las bombas en la bahía de Fukuoka.
En mi ignorancia suponía que llegarían un avión militarizado a rescatarme, que la misión iba a poder ser realizada a la perfección, con un margen de error del 0,1%, pero aquí me encuentro, viviendo el error de aquel puto porcentaje.
Mis venas hacen erupción en mi frente como si fuera a reventar en un mar de lava, mis ojos parpadean a mil por hora... si uso mis últimas fuerzas para escribir esto, es porque necesito sobrevivir los últimos seis minutos que me quedan, pues somos bestias luchadoras, cansadas de ser ultrajadas por los cambios a nuestro alrededor.
Es tan simple como señalar que los grandes profetas fallaron, o quizás decir que triunfaron, que lo que predijeron se ha cumplido; estoy en mitad de un mar de cambios tumultuosos, mientras miles de personas sufren el catastro de un caos global... nadie predijo  específicamente, solo sabíamos que nos arrodillaríamos y suplicaríamos por clemencia a aquel que estuviese escuchando nuestros quejidos.
Acaso no somos más que polvos flotando en medio de un todo, no somos más que restrojos de los restos que dejan nuestros ancestros; alguna vez fui un grande aquí en la humanidad, podía ver cosas que poca gente podía ver, alcanzar poderes que pocos podían tener y subir a donde no podían subir, pero hoy nada de eso sirve cuando he sido inoculado con el final de un todo.

Poco a poco mi corazón se acelera, mi sudor me nubla la visión, mis manos tiritan como un maníaco y un calor de los mil demonios sube por todo mi cuerpo, estoy escuchando las ultimas campanas de los templos milenarios.; a lo lejos se oyen los últimos llantos desde el oriente. Creo que no es tarde para darme cuenta de cuán grande era la esperanza, pero quedan tal solo treinta y ocho segundos para que todo acabe y es cuando comprendo el secreto más grande de la vida, que se resume en todo lo que me enseñaron y debía dejar a esta humanidad y es que simplem...

miércoles, 16 de enero de 2013

La cascada de los lamentos


No se cómo partir la historia que les contaré pero comenzaré diciendo que no soy una persona que sepa usar signos de puntuación, olvídense de las comas, al fin y al cabo nadie piensa con ellas y yo sólo me dejaré  guiar por lo que mi mente quiere expresar en este momento.

Hace muchos años en un pueblo arrocero de Osaka Japón existía un sabio que había atravesado largas pruebas a través de su vida, por lo que era conocido por su gran inteligencia, templanza y consejos milenarios acerca del espíritu. En este mismo pueblo existía un joven príncipe llamado Shizen el cual día a día solía ir hacia una cascada cercana a la aldea en donde se reflejaba a sí mismo por larga horas y comenzaba a ver cada una de sus imperfecciones del alma, del cuerpo y de su propio ser, el problema es que sólo miraba horas y horas, sin siquiera asomar una lágrima, tan sólo asumía que en su desdicha fantasmal aquel acto le permitía seguir viviendo. En el domo sagrado, todos le recibían con gran respeto, su disfraz que llevaba en sus hombros por años le daban la apariencia de niño altanero, mimado y vanidoso, sin embargo, nuestro Shizen lloraba al llegar a su habitación y rogaba a la naturaleza que su destino cambiara para bien.

Un día luego de tanto andar sin rumbo seguro de su propia coraza, tropezó con un cofre sagrado en el centro del domo, dentro existía un papiro con un escrito en Kanjis en el cual se leía "Gotas que caen de los árboles a tu boca"; largo tiempo intentó descifrar el mensaje hasta que apareció frente a él el sabio del pueblo, tomándole su mano le dirigió hacia la cascada, aquel lugar en donde el joven solía guardar sus lamentos y tristezas, al llegar el hombre sabio empujó al joven dentro de la cascada, lo cual provocó la sorpresa y el dolor del joven, ya que Shizen no estaba acostumbrado a ese tipo de acciones, por lo que en su alma algo cambió y comenzó a llorar desesperadamente durante horas, de pronto el sabio se acercó a él y poniendo su mano en el pecho del muchacho le prometió que de a poco aquella cascada reflejaría la verdadera dicha de ambos. 

Fue así como día tras día el joven y el sabio como uno solo, comenzaron a mover las aguas de aquella cascada hasta direcciones mágicas nunca vistas, poco a poco el joven príncipe japonés emprendió su vuelo del alma, sabiendo amar, perdonar, luchar y por sobre todo vivir en lo real.

jueves, 3 de enero de 2013

Número 10

La oscuridad por sí sola trae congoja y desesperación, sin embargo, cuando encuentra compañía en luces llenas de vida que nacen dentro de miles de edificios envueltos en la aglomeración de la urbanidad se convierte en una nostálgica maravilla de la época de posguerra  si a todo esto le sumamos la magia de una noche de lluvia, no querrás que aquella noche se acabe nunca. En la noche que describo, en una ciudad desconocida entre Talca y Nueva York me siento confundido con dos amigas de la infancia que he dejado en el olvido, he sentido culpa y a la vez intriga del saber porqué ambas se encuentran bajo esta lluvia, observándome de manera desigual bajo un paraguas negro que pertenece a una de ellas, bajo la sombra efímera de esta noche siento la presencia de mi padre que no comprendo de qué lugar ha salido ni la razón del porqué siento que ya no soy parte de su vida, tan sólo observo a los tres personajes subirse a un taxi número 10 que con la única seguridad que poseo, sé y estoy seguro de que no me dirige a mi destino.

En un segundo trato de cerrar el paraguas de forma desesperada por que ya es demasiado tarde y tengo prisa debo ir a un lugar o buscar algo, debo entregarle este paraguas a ella porque el taxi ya se irá; sin embargo, no puedo y lo rompo por completo mientras una de ellas me grita que debo arreglarlo, por lo que me subo de prisa al taxi y me siento a su lado sabiendo que debo bajarme de él, de pronto el dilema del paraguas se difumina y comienzo a tener miedo de que este taxi no me lleve donde debo ir por lo que me bajo dejando a los tres personajes seguir su viaje.

Mirarse y de pronto descubrir que vistes un abrigo negro que nunca has recordado y de que sientes que estás vestido con ropa de escolar ya te vuelve vulnerable y difuso, pero de pronto sentir que no vistes nada más que tu ropa interior te hace querer desaparecer del lugar, sin embargo ,tengo el abrigo negro y largo que cubre cada parte de mí. Es así como veo locales luminosos que me dan tranquilidad y filas y filas de personas sujetas por vallas papales blancas, sé que todos se dirigen a un lugar pero yo voy a la inversa y corro porque sigo buscando algo que necesito. Maquina de helados de colores, luces de tiendas, hora de cierre, tienda de electrónicos y mi tarjeta visa en la mano, debo comprar algo aqui, hablo con el encargado de una tienda pero sé que es demasiado caro y salgo apurado.

Poco a poco la luz termina y la noche abarca todo a su paso, me desespero en una galería comercial antigua y paso de pronto a otro espacio temporal repleto de memorias del 44 veo dos guardianes con perros y un collar y grito desde el alma en inglés "I´m afraid of the darkness!" "please help me" no soy capaz de pensar ni de mentalizar las luces de la galería se apagan una a una y no hay ni siquiera una tienda abierta, los guardianes me miran pero ya no recuerdo que tuvieran miradas ni que existiera más gente además de estos dos, sigo corriendo hacia adelante de la oscuridad pero ya no recuerdo nada más que esto.

domingo, 2 de diciembre de 2012

X-mas para todos

Ha llegado la hermosa y mágica época de víspera navideña, con sus colores, luces, calor... sofocante calor, el cual misteriosamente contrasta con el viejo pascuero abrigado y barboso, como también con los árboles sintéticos de color blanco que se esfuerzan por asemejar la navidad gringa, con su mágica nieve y sus pegajosos villancicos que hablan sobre lo psicópata que es santa (he see you while you´re sleeping, he knows when your awake...) lo que es claro es que es una época un poco extraña en el hemisferio sur pero no por eso no nos ha cautivado. Lo que es a mí, diciembre significa mucho más que navidad, es el mes en el cual saco conclusiones, agradezco lo que he pasado (sea bueno o malo) y me uno a mi familia y seres queridos, simplemente no se trata de cursileria barata de esas que se ven en los comerciales antiguos de Coca-Cola, sino más bien de tener un momento de esperanzas y buenos deseos mirando el árbol navideño. Tampoco me haré el falso diciendo que no me importan en absoluto los regalos, es más, soy humano y estadísticamente a la mayoría de los de mi raza le importan también, pero puedo afirmar que no hago que todo gire en torno a un paquete navideño con cintitas coloriadas y con mi nombre en un sticker de esos que venden señoras que el resto del año venden parchecuritas a cien pesos, de esos que dicen en inglés "To... and from...". Es época de consumismo señores y eso nadie lo puede negar, las ventas se incrementan en el retail con comerciales que hablan de regalar amor y que promocionarn tablets y smarthphones que cuestan más de lo que mucha gente gana a fin de mes. Es ilusión lo que aparece en los comerciales, folletos, revistas y cd´s musicales, en el mundo hay gente que nunca ha podido tener un árbol o una cena navideña... en este punto recuerdo aquel capítulo en donde Mickey Mouse actuó de forma tan profesional de ciudadano pobre en época navideña, en donde el Pato Donalds con su mísera forma de ser, no le paga  su sueldo con el cual el pobre ratón quería comprar un pollo asado en la cena navideña, el resto de la historia no es tan real porque aparece el fantasma de las navidades pasadas al viejo pato hijo de pata y le da una lección con la cual su corazón cambia y bla bla bla, supongo que saben la historia, no hay que ser Walt Disney para poder crear sus historias estivales. Lo cierto es que es irreal, porque si fuera así, el fantasma de las navidades pasadas se volvería loco con la cantidad de empresarios tacaños que tendría que visitar y simplemente dejaría su cargo... quizás ya lo hizo hace un buen tiempo atrás.

Pese a todo esto, y los típicos pensamientos que se me vienen en el brindis navideño acerca de los niños en África, la gente norcoreana, mis hermanos latinoamericanos o lo que es más cercano... todo aquel chileno que no tiene hogar o familia con la cual estar en navidad, sigo teniendo fe y esperanzas de que con la llegada del niño Jesús todo aquel sufrimiento terminará, el consumismo de nuestras almas también lo hará, los empresarios tacaños comenzarán a amar y en general... que el espíritu navideño no se confunda con el espíritu de comercial.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Secreto

Tengo un secreto que debe ser horrible y espeluznante para los demás, la verdad es que todo comenzó en mi infancia solitaria, no se trata de quererlas ni tampoco de adorarlas pero simplemente nace desde mi corazón. En aquel tiempo sin querer pisé a una de ellas y mi primera reacción fue llorar desconsoladamente su retórica muerte, mi abuelita me contó una mágica historia de resurrecciones y de super poderes que sólo aquellas maravillas tenían, luego de un rato volví al frío baño en donde supuestamente había cometido cuasidelito de homicidio pero no había rastro de la víctima, inmediatamente mi corazón se alegró y abracé a mi abuelita por ser tan sabia.

Debo advertirles que el secreto va de la mano con esto y requiere preparación mental... la verdad es que nunca mato a las baratas, se que es anti ético, pero ellas tienen super poderes.

Race Race Run

En mi villa hay una pista de carreras y nadie se da cuenta... 
a las 4 de la mañana suena un gallo y no se de qué casa es,
hay que aclarar que mi villa es urbana y residencial,
el gallo no se de donde vendrá.

Autos y carreras clandestinas en la noche, 
que emocionante sería estar ahí, apostar, gritar y acelerar,
mientras alguien más escucha a lo lejos el motor andar.

Me pregunto si algún día aquellos autos chocarán
al gallo mataran,
y alguien a lo lejos gritará.

End of the...

Oh my God! This is silence again... with the dark noises of the outside and the heavy sounds of the own machine...
Oh my God! It´s really late and the voices of that and the funny colors on the screens had dissapear.
And the worst part of all is that I don´t have a satelital tv.